Descubrimiento de la Isla
Cuando Cristóbal Colón arribó a Cuba el 27 de octubre de 1492 y sus naves recorrieron durante cuarenta días la costa norte oriental de la Isla, pudo apreciar, junto a los encantos de la naturaleza exuberante, la presencia de pobladores pacíficos e ingenuos que le ofrecían algodón, hilado y pequeños pedazos de oro a cambio de baratijas. Dos años después, al explorar la costa sur de Cuba durante su segundo viaje, el Almirante se percataría de la diversidad de esos pobladores indígenas, pues los aborígenes de la región oriental que lo acompañaban, no podían entenderse con los habitantes de la parte occidental. Ciertamente, el poblamiento de la Isla se había iniciado cuatro milenios antes, con la llegada de diversas corrientes migratorias: las primeras probablemente procedentes del norte del continente a través de la Florida, y las posteriores, llegadas en sucesivas oleadas desde la boca del Orinoco a lo largo del arco de las Antillas.
Época Colonial y breve ocupación de los Ingleses
La conquista de la Isla por España se inicia casi dos décadas después del primer viaje de Colón, como parte del proceso de ocupación que se irradiaba hacia diversas tierras del Caribe. En muy pocos años los españoles fundaron los primeros poblados, como la Habana, Santiago de Cuba , Camaguey y otras pequeñas concentraciones humanas. La actividad económica se sustentó en el trabajo de los indígenas, entregados a los colonos por la Corona mediante el sistema de “encomiendas”, una especie de concesión personal, mediante el cual el colono se comprometía a vestir, alimentar y cristianizar al aborigen a cambio del derecho de hacerlo trabajar en su beneficio. El renglón económico dominante en estos primeros años de la colonia fue la minería, específicamente la extracción de oro, actividad en la cual se emplearon indios encomendados así como algunos esclavos negros que se integraron desde muy temprano al conglomerado étnico que siglos después constituiría el pueblo cubano. Ante éste imparable desarrollo, los taínos y ciboneyes fueron incapaces de adaptarse a la nueva situación lo que provocó su desaparición, al igual que en la mayoría de los territorios conquistados por los españoles. Gracias a su situación estratégica, La Habana rápidamente se consolido como un importante puerto de tráfico de mercancías, atrayendo a piratas y corsarios. El rápido agotamiento de los lavaderos de oro y la drástica reducción de la población convirtió a la ganadería en la principal fuente de riqueza de Cuba. A falta de oro, la carne salada y los cueros serían las mercancías casi exclusivas con que los escasos colonos de la Isla podrían incorporarse a los circuitos comerciales del naciente imperio español. En el siglo XVI la actividad más importante fue la cría de ganado en extensas haciendas llamadas hatos. Se introdujo la caña de azúcar, dando lugar a los primeros “ingenios”. Fue el cultivo de la caña lo que originó la introducción de esclavos africanos a partir del año 1595. En el siglo XVII una serie de circunstancias convirtieron a Cuba en la principal productora de azúcar del mundo. En el año de 1762 la isla fue ocupada por los ingleses por un breve tiempo de 10 meses, impulsando una gran importación de esclavos y sembrando las bases de una nueva política liberalizadora que continuarían los españoles. En ese momento Cuba era la colonia con mayor población negra.
Los movimientos independentistas
Con los movimientos independentistas en el resto de los países latinoamericanos, los cubanos optaron por negociar con la corona, conformándose con algunas concesiones en el libre comercio con otros países. Sin embargo, esta situación reforzó la conciencia nacional, y en el año de 1868, al frente de Carlos Manuel de Céspedes se proclamó la república, otorgando la libertad a los esclavos. Esta guerra duro 10 años y concluyo con la victoria española, firmándose la paz en Zanjón en el año de 1878. Dos años más tarde la esclavitud es abolida. Sin embargo, la situación de malestar continuaba y en el año de 1892 José Martí fundo el Partido Revolucionario Cubano, conciliando los intereses de las clases sociales y fuerzas sociales. En 1895 Martí ordenó el inicio de la guerra que duró tres años. El general Weyler fue enviado para sofocar los movimientos pero fracasó. La situación empeoraba por lo que los Estados Unidos, con fuertes intereses en la isla, intervino militarmente, aniquilando a la flota española, ocupando los territorios y firmando el tratado de París (1898), por el que se entregaba a los Estados Unidos Cuba, Puerto Rico y Filipinas.
La dictadura de Fulgencio Batista
Durante los próximos cuarenta años del siglo veinte se sucedieron diversos gobiernos militares y civiles, caracterizados por la corrupción, provocando el deterioro del sistema político. En 1925 el general Machado se hace del poder y continúa con el régimen represivo. Los problemas de la isla se generalizan, mientras que el precio de la caña en los mercados internacionales cae sensiblemente, el pueblo realiza una huelga general. Más tarde la unión comunista consigue derrotar a Machado, adoptando medidas de carácter social urgentes. Esta época dura corto tiempo ya que el coronel Fulgencio Batista quien controla los destinos políticos desde la sombra, decide asumir el poder en el año de 1940, permanece por cuatro años hasta que es derrotado en unas elecciones. Sin embargo, en 1952, Batista subió nuevamente al poder después de un golpe militar con el pretexto de la mala gestión del gobierno, iniciando una dura dictadura que se prolongaría hasta el año de 1959, con la llegada de Fidel Castro Rus, Ernesto “Che” Guevara, Raúl Castro, Camilo Cienfuegos y demás guerrilleros que comenzaran la conquista desde sierra Maestra.
La revolución Cubana y el socialismo
El primer intento de Fidel Castro por derrocar a Batista fue en el año de 1953, pero sin ningún éxito. Exiliado en México y en compañía del Che Guevara y Raúl Castro Rus. Castro prepara el asalto a la isla, desembarcando en 1956 en la provincia de Oriente. Desde la Sierra Maestra inició los ataques guerrilleros que culminarían después de tres años, con al huida de Batista y la entrada triunfal de Fidel en La Habana. Se instituyo un gobierno provisional al frente de Manuel Urrutia y en 1960, ante el embargo de los Estados Unidos. Cuba confiscaría los bienes norteamericanos sin compensación alguna. Con estas medidas se inicia el deterioro de las relaciones diplomáticas y los Estados Unidos imponen un embargo a la isla, que continúa hasta nuestros días. La economía de la isla ha sufrido graves crisis, sobre todo, después de la desaparición de la Unión Soviética. La política de Fidel Castro, considerada por algunos como antidemocrática y por otros como resistencia heróica, por las constantes presiones exteriores, se ha abierto a nuevas formas en cuanto a economía se refiere: hacer pequeñas concesiones capitalistas, para sostener el comunismo.